viernes, 2 de julio de 2010

Los Cnidarios o Celenterados

El filo Cnidaria, son los animales acuáticos conocidos popularmente como celenterados o Cnidarios, del que forman parte las hidras de agua dulce, las medusas, aguas vivas que son normalmente oceánicas y los corales y anémonas de mar.

Los celenterados son clasificados en tres grupos, son ellos: los Hidrozoarios, os Shifozoarios, e os Antozoarios.

Hidrozoarios
Son llamados así porque viven en el agua (Hidro: agua; Zoa : animal)

Las características distintivas de los hidrozoarios son: Mesoglea a celular, Cavidad gastrovascular sin divisiones, Gónadas de origen ectodérmica, Cnidocitos solo en la epidermis, Modo de vida colonial, Polimorfismo, colonias constituídas por elementos con funciones específicas y con alto grado de coordinación.

Las hidromedusas planctónicas son pequeñas y tienen una vela y un manubrio.

Buenos ejemplos son la carabela y la hidra de agua dulce

Shifozoarios
Es la clase del filo Cnidaria que incluye las medusas o aguas vivas, conteniendo más de 200 especies. 

Los miembros de esa clase son cnidarios pelágicos, en los cuales la medusa es la forma dominante y evidente. Una forma polipoide, equivalente a una actínula, se sigue a el estadio de larva plánula.

La especialización llevó a la complejidad en la estructura medusoide, poseyendo un tamaño mayor que la mayoría de las hidromedusas, manubrio más altamente desarrollado formando brazos orales, mesoglea que contiene células, estomago septado o por lo menos un estómago con filamentos gástricos, cnidocitos gastrodérmicos y un cierto desarrollo de los órganos sensoriales. Ellas son bilaterales y no poseen esqueleto sólido.

Antozoarios

Es la clase del filo Cnidaria que incluye los corales, las anémonas de mar, siendo la mayor clase de los cnidarios, conteniendo más de 6.000 especies. Los antozoarios se distinguen de los restantes cnidarios por tener una vida enteramente sésil, sin estado libre de medusa.

Estos cnidarios son los formadores de Coral

Los miembros de la clase Anthozoa son cnidarios polipolides, el estado medusal se encuentra completamente ausente.

El pólipo antozoario y más especializado que el de los hidrozoarios es su mesoglea celular, su cavidad gastrovascular septada, sus cnidocitos en los filamentos gástricos y sus gónadas gastrodérmicas indican una relación filogenético más intima con los Shifozoarios de que con los Hydrozoa.

La diferencia en la forma corporal de los Shifozoarios y de los Antozoarios (medusa versus pólipo) puede ser armonizada si los antozoarios derivaran del estado polipoide de los Shifozoarios.

Una larva planular es características de la mayoría de los antozoarios y se desarrolla en un pólipo. Las formas coloniales derivan del brote original del primer pólipo.

Como las esponjas, los celenterados son animales semejantes a una bolsa. Pero el cuerpo de los celenterados tiene apenas una abertura, que sirve, al mismo tiempo como boca y ano.

El cuerpo es formado por dos paredes o capas dérmicas (de piel), una externa (ectodermis) y otra interna (endodermis).

En general, las células de la endodermis poseen flagelos “pelos” semejantes a los cilios, sin embargo, mas largos. Entre las dos capas dérmicas existen células nerviosas y una materia gelatinosa. En el caso de la hidra, esta masa gelatinosa forma casi todo el cuerpo de las medusas (o bien conocidas como aguas vivas) y les dan el aspecto transparente que poseen.


Todos los celenterados son acuáticos. Ellos pueden fijarse en el fondo del mar (o de los ríos) o a plantas, solos o formando colonias de muchos individuos, como en el caso de los pólipos.

Ellos también pueden nadar libremente, como lo hacen las medusas. Libres o fijos, todos los celenterados son predadoras. Poseen tentáculos alrededor de la boca y en la ectodermis dos tentáculos donde hay células que contienen veneno.

Cuando cualquier cosa las toca, el cilio sensorial es estimulado y hace lanzar un filamento que inyecta el veneno en la cavidad central del celenterado. En seguida, cada una de las células grandes de la endodermis absorbe y acaba por digerir un poco de alimento.

Cada célula también respira y realiza sola todas las funciones vitales y es le da a estos animales un gran poder de regeneración. De esa forma, una hidra cortada en cinco pedazos, surgirá después de algunos días, como cinco hidras completas otra vez.
La reproducción algunas veces es asexuada, por división o brotes, pero todas las especies de celenterados pueden reproducirse sexualmente. Las células sexuales – ovulo y espermatozoide – se juntan en la ectodermis. Los espermatozoides son siempre lanzados en el agua. Esto también sucede con los óvulos de algunas especies (medusas), pero en general, como en el caso de la hidra, el ovulo se queda dentro de la hembra, que transporta el embrión hasta que el comienza a crecer. Existen casos en que los huevos se desarrollan dentro de la endodermis y el crecimiento del embrión ocurre dentro de la cavidad central. Un ejemplo de esto es la anémona de mar.

Los celenterados producen lesiones a través de nematocistos localizados en los tentáculos o esparcidos a lo largo del cuerpo. Teóricamente todos los celenterados equipados con nematocistos son capaces de producir lesiones en los seres humanos, desde simples dermatitis hasta la muerte. Esos efectos dependen de la especie de celenterado causante del accidente, de la región geográfica, del poder de penetración del nematocisto y de la región del cuerpo expuesto a ellos y principalmente de la sensibilidad de la victima en relación a la ponzoña.

viernes, 30 de abril de 2010

Para mantener a raya el colesterol

Para mantener a raya el colesterol, especialistas recomiendan controlar la ingesta de dulces

Un trabajo relaciona el consumo de azúcares añadidos con niveles más altos de lípidos. Para mantener a raya el colesterol, todos los especialistas recomiendan controlar la ingesta de embutidos, 'snacks' y otros alimentos ricos en grasas. Sin embargo, a la lista podrían incorporarse pronto otros productos bien diferentes: los que contienen grandes cantidades de azúcares añadidos.

Así lo sugiere una reciente investigación, que relaciona el consumo de estos alimentos con la presencia de peores niveles de lípidos en sangre.

"Nuestros resultados demuestran una asociación entre el consumo de productos con azúcares añadidos e importantes factores de riesgo cardiovascular, como los niveles bajos de HDL [el llamado colesterol 'bueno'] y niveles más altos de triglicéridos", comentan los autores de este trabajo en las páginas de la revista 'Journal of the American Medical Association' ('JAMA').

La investigación
Preocupados por el aumento de consumo de azúcares registrado en las últimas décadas, estos científicos de la Universidad de Emery (Atlanta, Estados Unidos) quisieron comprobar las consecuencias de este cambio de patrón nutricional y analizaron el caso de 6.113 individuos que habían participado previamente en un estudio sobre hábitos saludables.

Después de dividir a los participantes en varios grupos en función de su consumo de productos con azúcares añadidos [glucosa, fructosa, jarabes de glucosa, etc], comprobaron sus niveles de colesterol en sangre.

Su análisis puso de manifiesto que el consumo de azúcares añadidos suponía el 15,8% del total de calorías ingeridas al día; un porcentaje muy elevado, sobre todo si se tiene en cuenta que estos carbohidratos no proporcionan ningún nutriente al margen de su aporte energético.

Además, estos investigadores también comprobaron que quienes consumían mayores cantidades de estos alimentos al día presentaban peores niveles de HDL y triglicéridos. Por ejemplo, los niveles de colesterol 'bueno' entre quienes consumían hasta un 25% de calorías en forma de azúcares añadidos eran de 47.7 mg/dL; una cifra que ascendía hasta los 58.7 mg/dL en los participantes que no superaban el 5% de esta ingesta.

Implicaciones

"Controlar las tendencias en este consumo y comprender el efecto que los azúcares añadidos tienen sobre el riesgo cardiovascular y otros trastornos es fundamental, ya que estos azúcares son una fuente de calorías potencialmente modificable", comentan los autores en su trabajo.

Aunque no han podido determinar qué mecanismos intervienen en esta relación, sugieren que la clave puede estar en el uso de fructosa, un monosacárido que se emplea habitualmente para 'endulzar' determinados productos. Varias investigaciones han asociado este componente con distintas alteraciones relacionadas con el metabolismo de los lípidos en el organismo.

En sus conclusiones, estos investigadores subrayan que estos hallazgos refuerzan las distintas recomendaciones dietéticas que "aconsejan a los consumidores limitar la ingesta [de estos productos]". Pese a su todo, reconocen que su investigación tiene importantes limitaciones –como el hecho de que la dieta se evaluó solo con la medición de la ingesta de alimentos de una jornada- y reclaman nuevos trabajos sobre el tema.

lunes, 26 de abril de 2010

El árbol filogenético de los seres vivos

Hasta mediados del siglo XX, la mayoría de los biólogos se limitaba a dividir el mundo de los seres vivos en dos reinos: el de las plantas y el de los animales. Sin embargo, muchos sistemáticos observaron que ciertos organismos, como las bacterias y los hongos, diferían más de las plantas y de los animales de lo que lo hacían estos dos últimos reinos entre sí.

Ernst Haekel (1834-1919) hizo varias propuestas para la creación de un tercer reino, los protistas, separando de las plantas y los animales a los organismos más primitivos, lo que implicaba aceptar que los organismos superiores habían evolucionado a partir de los antecesores protistas.

Posteriormente, como consecuencia de los avances técnicos, sobre todo en bioquímica y microscopía, se fueron revisando las clasificaciones anteriores, hasta llegar a la propuesta por Lynn Margulis, que estableció cinco reinos:
El reino de los móneras: lo forman seres unicelulares procariotas, es decir, que carecen de núcleo celular. Son las arqueobacterias y las eubacterias.
El reino de los protoctistas: abarca a seres eucariotas (con núcleo), heterótrofos unicelulares de digestión interna, como los protozoos, o autótrofos fotosintéticos, unicelulares y pluricelulares de organización talofítica (sin tejidos), como las algas.
El reino de los hongos: son seres eucariotas, unicelulares o pluricelulares, de organización talofítica, de nutrición heterótrofa y digestión externa.
El reino de las plantas o metafitas: lo constituyen los organismos eucariotas, pluricelulares con tejidos diferenciados y con nutrición autótrofa fotosintética, como los musgos, los helechos y las plantas superiores o espermatófitos.
El reino animal o metazoos: abarca los seres eucariotas, pluricelulares con tejidos bien diferenciados y de nutrición heterótrofa. Por ejemplo: moluscos, artrópodos, equinodermos, etcétera dentro de los animales invertebrados. Dentro de los vertebrados, peces, anfibios reptiles, aves y mamíferos.
Los virus se encuentran en la frontera entre materia viva y materia inerte.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Un mundo dividido en reinos


La agrupación de más de un millón de especies diferentes en cuatro únicos grandes reinos requiere encontrar una serie de características comunes.

-El reino Protistas: Los Protistas son los más diversificados de todos los eucariotas.Presentan una organización más compleja que la de las Moneras (formadas por células con núcleo pero no se organizan posteriormente en tejidos). Los Protistas se han dividido en tres phyla (Filos):

A) Protozoarios, o protistas parecidos a los animales. Tales como, Amoeba proteus, Entamoeba histolytica, Paramecium caudatum, Plasmodium vivax, Spirillina vivipara (foraminíferos), etc.

B) Algas, o protistas parecidos a plantas. Por ejemplo Euglena viridis, Ulva lactuca,Spirogyra, Diatomeas (como Navicula monilifera), Dinoflagelados (ej. Noctiluca scintillans), etc.

C) Mycetozoida, o protistas semejantes a hongos. Por ejemplo, Badhamia utricularis, Plasmodiophora brassicae, Trichia affinis, etc.
-El Reino de las Moneras incluye a todos los seres procariotas, con tamaños que van desde una a quince micras. Las características más representativas de estos individuos son las siguientes:

-Carecen de núcleo.

-El ADN es circular.

-El citoplasma no está compartimentado.

-Generalmente aparece, rodeando a la célula, una pared celular protectora.

-Rodeando a la bacteria puede aparecer una vaina mucilaginosa.

Los principales grupos dentro de este reino son:
-Bacterias
-Algas cianofíceas
Dentro de este reino se distinguen dos phylum: phylum Esquizofitas y phylum Cianoficeas.
.
-El reino vegetal: formado por infinidad de especies capaces de realizar la fotosíntesis; son por lo tanto seres autótrofos. Dentro de este reino se pueden diferenciar únicamente dos phylum: phylum Briofitas y phylum Traqueofitas.

-El reino Animal: es posiblemente el de mayor cantidad de especies. Especies de seres heterótrofos que tienen estructuras bastante evolucionadas, poseyendo la propiedad del
movimiento.

Este reino se encuentra dividido en nueve phylum:
phylum Poríferos, phylum Celenterados, phylum Platelmintos, phylum Asquelmintos, phylum Moluscos, phylum Anélidos, phylum Artrópodos, phylum Eqinodermos, phylum Cordados.

El REINO FUNGI

Está representado por organismos eucariotas (hay algunas excepciones), portadores de esporas, sin pigmentos clorofílicos, de nutrición heterótrofa con digestión interna, alimentándose de forma parásita sobre seres vivos o de forma saprófita sobre materia orgánica muerta. Se reproducen de forma sexual y asexual. Algunos son unicelulares, como las levaduras y otros son pluricelulares, formados por un cuerpo vegetativo de filamentos ramificados o hifas agregados alrededor de una masa denominada micelio y su organización es talofítica. Su pared celular rara vez está ausente y suele ser definida, de quitina y/o celulosa. Son inmóviles en la fase vegetativa, aunque puede haber células reproductoras móviles.

Durante mucho tiempo los hongos se incluyeron en el reino vegetal, a pesar de reconocérsele similitudes sorprendentes con los animales: su modo de vida, su pared celular de quitina (como el caparazón de insectos y crustáceos), etc. Sus paredes celulares y la reproducción por esporas son dos características típicamente vegetales, pero la ausencia de clorofila y la nutrición heterótrofa los separan claramente del mundo de las plantas.

Hoy los hongos son considerados un reino propio: el REINO FUNGI. Bajo esta denominación se agrupan los hongos en su más amplio sentido. De su estudio se ocupa la Micología, que alcanza su auge en el s. XIX por lo que su terminología aún varía considerablemente de unos investigadores a otros, agrupando en general a setas, hongos y líquenes, si bien éstos últimos son una simbiosis entre hongos y algas o bacterias. Si bien no se trata de una clasificación taxonómica, desde principios de siglo se han hecho dos distinciones:

Hongos inferiores. Tienen filamentos no tabicados: sus células no están separadas por paredes celulares y los núcleos cohabitan juntos en el mismo citoplasma.

Hongos superiores.
Tienen sus células tabicadas y bien diferenciadas. Los dos grandes grupos de hongos superiores, los que interesan a los aficionados, se diferencian por la forma de las células fértiles que producen esporas, que se forman en las SETAS (es importante aclarar aquí que las setas son la parte reproductora de estos hongos): Ascomicetos. Las esporas se forman en el interior de células cerradas llamadas ascas. Ej.: trufa, morilla, cagarria.

Basidiomicetos. Las esporas se forman en el exterior, en unas células especiales llamadas basidios. Ej.: Pleuroto, boletos y agáricos.

No se puede pasar por alto que el organismo vivo más grande que ha existido sobre la Tierra es un hongo. Actualmente, el mayor de ellos se estima en unas 900 ha, el cual extiende sus hifas por el suelo de un bosque estadounidense. Ejemplos de estos lo encontramos en estas sierras de forma más sutil en los conocidos "corros de brujas" o "seteras": el hongo vive de forma discreta en el suelo, extendiendo sus hifas año tras año desde un punto central (donde por lo general suele encontrarse un árbol); cuando el hongo se va a reproducir, lanza una seta donde se forman las esporas; cada año, el círculo de setas será de un diámetro superior.

ECOLOGÍA DE LOS HONGOS

La práctica totalidad de los hongos conocidos son terrícolas, aunque también hay especies acuáticas, la mayor parte en agua dulce. En tierra aparecen en todos los hábitats y sus modos de vida les permite explotar cualquier medio siempre que encuentre en él materia orgánica. Asimismo ocurre en los medio acuáticos donde multitud de organismos (algas, peces, crustáceos, etc.) pueden ser parasitados por los hongos.

Cada especie tiene su propio ciclo y la influencia del clima es determinante: las temperaturas deben se suaves con un alto grado de humedad.

Al igual que los animales, son organismos heterótrofos, pero mientras que los animales ingieren la comida, los hongos la absorben. Pueden ser saprófitos, simbiontes, parásitos o pertófitos (parásitos patógenos que matan a su hospedador y luego viven sobre sus restos de forma saprofítica).

Parásitos, viven sobre organismos vivos (huésped u hospedador), obligados y/o facultativos.
Saprófitos, viven sobre materia orgánica muerta, obligados y/o facultativos.
Simbióticos, en asociación con otros seres vivos, donde ambos obtienen beneficio. Pueden ser:

Líquenes, en asociación con algas cianofitas (bacterias) o con algas clorofitas. En sí mismo un liquen, es un verdadero miniecosistema. En su forma más simple se trata de la asociación simbiótica entre un hongo y un alga. Con excepción de alta mar, han colonizado casi todos los medios y en zonas el continente antártico, representan la biomasa terrestre dominante. Cubren aproximadamente el 8% de la superficie del planeta, lo que les confiere un papel significativo en la ecología vegetal terrestre, especialmente en los ciclos biogeoquímicos del N, P y C. Debido a su naturaleza simbiótica los líquenes presentan características tanto del alga como del hongo, pero también presentan características propias y particulares. El hongo ofrece protección al alga y facilita que se alimente de H2O y de CO2. Por su parte, el alga hace que se beneficie de los productos de la fotosíntesis y le proporciona sus glúcidos. Mientras que el alga puede vivir sin el hongo, éste permanece la mayor parte del tiempo ligado a su simbiota.

Micorrizas, en asociación con plantas, a través de las raíces. Por ejemplo, algunas angiospermas necesitan de un hongo para la germinación de las semillas (Orchidadeae) y es frecuente en árboles forestales; el níscalo vive en simbiosis con los pinos, etc. En las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, aparecen gran cantidad de hongos formadores de micorrizas con la flora de las formaciones vegetales, que pueden ser distintas según se trate de bosques donde dominan los quercus (encinares, quejigales, melojares, etc.), o de pinares.

Los hongos son ecológicamente muy importantes en los ecosistemas forestales, como queda de manifiesto en su forma de vida. Como saprófitos mantienen los bosques limpios, descomponiendo y transformando la materia orgánica muerta; y como simbiontes es necesaria su existencia para el correcto equilibrio de los bosques, ya que los distintos vegetales necesitan de ellos, muchos veces a nivel específico, para desarrollarse.